Papá está en viaje de negocios
 
Piensa mal y acertarás es un modo muy malo de pensar y el hecho de que aciertes no le quita la maldad aunque nos lleve al innecesario debate entre los medios y los fines. Como si hubiera algún medio que no esté justificado por un buen negocio, por una larga retahíla de ceros a la derecha –¿a quién le interesan los de la izquierda?– en color negro –¡Líbrenos Dios de los rojos!– y acompañados del símbolo –ahora si que da igual a la derecha o a la izquierda– del euro. Cuando miro el vacío pedestal de la plaza de San Juan de la Cruz, pienso bien: Se llevó el caballo, así que papá estará en viaje de negocios. El vuelo del Barón Rapide le provocó mareos y vómitos, y la rapidez del ave a Zaragoza estaba más ligada a la ciencia económica que a la cinética (bien lo sabe el director de mi sucursal bancaria). El manual del Instituto de Ciencias Empresariales, si bien no lo recomienda expresamente, no descarta el caballo de bronce como medio de transporte en los viajes de negocios. Vuelvo a pensar bien: Papá está en viaje de negocios.
Hace poco redacté un informe. Aconsejaba a papá que abandonara su gratuita exposición. No se trata de deyecciones de palomas, de fríos ni calores, de lluvias ni sequías pertinaces, no. Su pública y gratuita exposición no era del todo satisfactoria, porque la verdadera satisfacción no es la material, la que afecta el ego. No. La verdadera e íntima satisfacción es la espiritual, la que afecta al secreto de confesión bancaria, la que aleja a los [números] rojos del centro de nuestro ser.
Mi modesto informe aconsejaba a papá que abandonara el sector público, que se privatizara, que se liberar(izar)a. Muchos le estamos agradecidos en el rincón más íntimo de nuestras cajas de seguridad. Muchos los que estaríamos dispuestos a pagar una buena cantidad por tenerle, aunque solo fuera quince días, recogido en la quietud de nuestros chalets. ¿Qué buen español no estaría encantado de obsequiar a sus conocidos con un vino español en la española intimidad de nuestro jardín español, junto a la española figura de papá fundida en bronce español? ¿Qué importaría tener que deshacerse para ello de algo de dinero europeo? A papá no le convenció el informe, pero ahora pensamos bien: Papá ha decidido lanzarse al negocio.
Leo en el periódico que no es verdad, que el (des)gobierno lo ha raptado y lo ha confinado en un sombrío almacén. Pensar mal, aunque aciertes, es malo para los negocios. Acusan a papá de matar a cientos de miles de personas, pero ¿qué hubiera sido de nuestros negocios sin él? ¿Dónde está la tan cacareada memoria histórica? A este paso, también nos atacarán por los negocios en Iraq.
Carlos Plusvalías.
 
 
Impresiones de un señor de derechas
lunes 4 de abril de 2005